Al final de la cuarta sesión del diálogo nacional los Obispos decidieron suspender los encuentros temporalmente ante la falta de conceso a la agenda del día y llamaron a conformar una comisión mixta de seis personas para buscar conceso.
La representación del gobierno se negó a discutir los temas de democratización del país en tanto exigieron el retiro de los tranques en las carreteras, lo cual fue negado por los representantes de la sociedad civil.
El Canciller de la república Denis Moncada calificó de un golpe de Estado disfrazado la agenda propuesta por la sociedad civil, donde exigen cambios en el sistema electoral, judicial, legislativo y otros aspectos relacionados a democratizar el país.
El Obispo Silvio Báez negó que la agenda del diálogo implicara un golpe de Estado en el país:
Para el analista Carlos Tunnerman, ex diplomático nicaragüense, quien participa en el diálogo por la sociedad civil también señaló que no se trata de un golpe de Estado, lo que se busca es restaurar la democracia del país a través de cambios en el sistema constitucional nicaragüense, lo cual ha sido el origen del descontento popular.
Mientras se realizaba el diálogo acompañado por la iglesia católica como mediadora, se registraron brotes de violencia en León al occidente de Managua, donde resultaron heridos 59 personas de acuerdo a la Cruz Roja nicaragüense, uno de los más graves es el estudiante universitario Manuel Chevez quien recibió un balazo en la cabeza y su estado es delicado.
Los enfrentamientos se dieron porque el partido sandinista en el poder organizó marchas en casi todo el país exigiendo la liberación de los tranques, lo que provocó el altercado en el tranque que realizaban pobladores y estudiantes de León.
Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH como los Obispos han llamado al cese de la violencia de ambas partes y han exigió al Estado nicaragüense detener la represión en el país.
Desde Radio Universidad en Managua (Nicaragua) informó, Nelson Rodríguez.