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2018-04-24

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Miguel Ángel Gullón[1]

Desde el año 2005 asumí la encomienda vicarial de animar la emisora Radio Seybo. De no conocer nada en el ámbito de la comunicación radial y de la coordinación de equipos de trabajo, puedo decir ahora que estoy aprendiendo en la medida que me dejo acompañar y escucho pacientemente a las personas. Es una misión tan bella como difícil, pues requiere de una atención permanente. El proceso de innovación institucional ALER 2020 nos está ayudando al equipo a asumir la importancia de la autoridad del argumento. La evangelización y la defensa de la dignidad humana son columnas que definen la misión de Radio Seybo. Además, la promoción del buen vivir o vida digna va ganando espacio en este pequeño mundo anestesiado por el mercado.

A continuación, intento resaltar lo más significativo de esta misión que me apasiona profundamente pues creo cada vez más en su importancia para la vida de la sociedad seybana que desde el año 1974 siente la emisora como suya, testigo y cómplice de las luchas por un mundo más justo.

 

El Buen Vivir en el horizonte de Radio Seybo

Desde el inicio ha sido fiel a su filosofía y a sus principios institucionales; esta perseverancia ha costado un esfuerzo significativo. No ha sido fácil, como tampoco lo es hoy, su mantenimiento. Pero, por su fidelidad, en su razón de ser y de existir, ha mantenido la coherencia e independencia con grupos y personas. Radio Seybo ha sido su emisora, la del pueblo, la de la gente, la de quienes acuden con total confianza en las más diversas y variopintas circunstancias de la vida. Ha escuchado a la gente, ha sido espacio de pareceres diversos, ha sido vocero de gente –en algunas circunstancias pasadas– amordazada, ha caminado en el sufrimiento y en la alegría, en la fiesta y en el dolor. Nada, en definitiva, de lo que ha sido humano ha sido indiferente a Radio Seybo. Vuelvo a citar las mismas palabras de nuestro Fr. Luis Oregui quien decía siempre: no será fácil entender la vida y la historia de El Seybo, su provincia y buena parte del Este del país sin hacer referencia a Radio Seybo.

Radio Seybo mantiene su filosofía inicial de acompañamiento de las Comunidades trabajando conjuntamente con otras organizaciones que están en la misma línea de apoyar a la persona en su desarrollo. Radio Seybo acompaña a la población joven y apoya a las organizaciones que favorecen la producción local a la vez que promueve el ecoturismo rural.

La población haitiana, y de ascendencia haitiana, ha aumentado mucho respecto al 2011, y viven mayormente en las zonas rurales y periféricas. Ante esta situación, Radio Seybo facilita la convivencia pacífica domínico haitiana y promueve sus derechos, la educación y el control de la natalidad. Radio Seybo, ante la diversidad de culturas, ha fomentado la identidad seibana y la defensa de los recursos naturales. También ha fomentado el nuevo concepto del buen vivir a través de su programación y acompañamiento de las Comunidades.

La mujer ha conquistado grandes espacios en la sociedad seibana: económica, académica y política. Tiene incidencia en la toma de decisiones. A pesar de eso, las realidades como el aumento de feminicidios, divorcios y las madres solteras también existen. Radio Seybo sigue impulsando el protagonismo de las mujeres, tanto en la conducción y producción de programas, como en el público a quien se dirige. Ha promovido iniciativas económicas gestionadas por mujeres, y ha contribuido a reivindicar a la mujer dentro de la Iglesia a través de la formación teológica.

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Desde la lógica del mercado, la situación política continúa recibiendo dinero del narcotráfico para financiar sus campañas, alimentando así el clientelismo político pese a la gran insatisfacción de la población. Radio Seybo, por su parte, continúa su labor sistemática de promoción de conciencia ciudadana, dando a conocer que existen otras alternativas políticas de cambio, al mismo tiempo que cuida y promueve la independencia de su talento humano.

Radio Seybo forma parte de esta filosofía que apuesta por el cambio de paradigma hacia el Buen Vivir. Es una institución con sensibilidad ecuménica, que combina los valores del Evangelio con los que orientan el Buen Vivir, construyendo ciudadanía, luchando por un mundo de acuerdo a la dignidad de los hijos de Dios.

Radio Seybo utiliza creativamente las nuevas tecnologías de la información y comunicación para estimular la intercomunicación entre la audiencia y los actores sociales, así mismo, para potenciar el intercambio y coproducción de productos radiofónicos con las emisoras de la red de UDECA, ALER, AMARC ALC y SIGNIS. En trabajo conjunto con las emisoras de UDECA hemos logrado influir en la implementación de políticas públicas que aporten al Buen Vivir de la ciudadanía. Desde el mismo corazón de la Región Oriental de La República Dominicana, infunde optimismo en la población humilde, pero cargada de esperanza en días mejores para las grandes mayorías a través de la Cultura del Buen Vivir.

De aquí nace su misión: acompañar a la sociedad seibana en sus luchas hacia la conquista del Buen Vivir, involucrándose en los procesos encaminados a lograr cambios justos y dignos, prestando atención a los más desfavorecidos. Promover, vigilar, participar y orientar a la comunidad seibana, dándole vida a la esperanza de la ciudadanía desde los valores del Evangelio. En el desarrollo de su visión: Radio Seybo se verá como una institución que mediante un proceso de innovación acentúa con mayor énfasis los procesos de concienciación y educación de la sociedad en sus demandas de un estilo de vida más humano y solidario. Será vista como una fuente donde beben organizaciones sociales y comunitarias que buscan un mejor estilo de vida mediante la justicia y todo lo que favorece la dignidad humana. Goza de credibilidad y respeto de la ciudadanía y de las autoridades de la provincia, gracias al trabajo comprometido con el Buen Vivir de los seibanos y seibanas, siendo gestora de muchos procesos de cambios sociales. Será vista y reconocida más que una radio, como una fuente de inspiración generadora de proyectos reales que aportan al Buen Vivir. Será vista como el medio por excelencia y preferencia de la comunidad donde se educa y evangeliza de una forma liberadora donde convergen todos los valores para el Buen Vivir.

Se han cumplido 42 años de estar en el aire, con los pies en la tierra, celebrando muchos años de magia en las ondas. Han sido muchos los esfuerzos, más las ilusiones y no menos los desvelos. Radio Seybo agradece la vida entregada de muchas personas de buena voluntad, que han dejado detrás y delante de los micrófonos tanta mente y corazón, las cuales se sienten agradecidas por esas sonrisas y lágrimas compartidas. Nos sentimos deudores de este pasado que nos revitaliza y relanza. Las ilusiones pasadas y los sueños que se hicieron realidad en medio de tanta dificultad hicieron madurar este precioso proyecto educativo a través de las ondas, animado por los Frailes Dominicos. El eco de esta realidad pasada está en los labios de las Comunidades, sobre todo de las que viven en los campos más lejanos, de las gentes más sencillas que sienten suya la radio, nuestra radio.

Radio Seybo es más que una radio, es una gran familia, y así ya nos conocen. Cada uno de los programas, desde La Palabra de Dios hoy hasta Los niños y niñas también cantan, son escuelas de formación, de compartir, de diálogo, de alegría y esperanza. El micrófono nos reúne, la tecnología nos amplifica gracias a nuestros corazones que se unen, vibran, crean sintonía y nos comunican.

Es buen momento para sentirse orgullosos y, a la vez, humildes. Orgullosos porque hemos hecho mucho bien: hablando, con las voces más melodiosas, y escuchando, por eso nuestro lema: Radio Seybo, ¡¡¡su emisora… 42 años escuchándote!!!, compartiendo tantas alegrías, tristezas individuales y grupales. Humildes porque siempre nos queda mucho que inventar, sabemos que la creatividad nos debe guiar cada día para no caer en la rutina y seguir acompañando a tantas personas.

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Hacia una comunicación popular evangelizadora

El cambio de época se caracteriza por una drástica caída de viejos paradigmas y de estructuras institucionales caducas. La cultura occidental y cristiana que regía el pensamiento hegemónico en nuestras sociedades está siendo cuestionada y remplazada, dando paso a una nueva forma de pensamiento, a una nueva espiritualidad y a nuevos valores. En este sentido, el poscristianismo pone de relieve el desencanto social hacia un tipo de religión o modo de vivir y de practicar el cristianismo.

La fuerte tendencia en la Iglesia Católica, al igual que en otras iglesias y grupos religiosos, a prácticas más ritualistas y opciones políticas de derecha y conservadoras, ha tenido un contrapeso en pensamientos y prácticas con alto sentido de trascendencia, de sectores comprometidos con la realidad y los destinos de los más humildes. Estos sectores promueven valores trascendentes propios de la visión cristiana en un mundo cada vez más secular y post cristiano, donde el fin es construir comunidades felices con modos de vida sostenibles. Por otra parte, prácticas más ecuménicas y en armonía con el entorno cobran relevancia y significación en comunidades y grupos vulnerables.

Se está dando una fuerte inclinación entre los cristianos a crear una Iglesia muy intimista, espiritualista, centrada en la vida personal desligada de la realidad. Parece que el tiempo del compromiso sociopolítico de la Iglesia se agotó, al igual que la labor de las personas comprometidas. La Iglesia se refugia en el espiritualismo porque tiene miedo a los cambios. Hay una sociedad desganada, sin esperanza, sin alegría, fruto del capitalismo, incapaz de resolver los problemas y una Iglesia que vive una caída debido al relativismo. Una Iglesia rutinaria más centrada en los ritos y en las estructuras que en el compromiso con el hermano, con el otro. Con falta de diálogo inter-religioso, más allá de los cristianos. Con una espiritualidad desencarnada, incapaz de hacer historia.

Aparecida hace un dramático llamado a los miembros de la Iglesia católica: la Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del continente[2]. En esa línea de reflexión se presentan diversos desafíos: evangelizarnos desde las comunidades indígenas, aprender sus valores y descubrir en ellas el espíritu de Dios; regresar a los orígenes del cristianismo y a la esencia del cristianismo que es Jesús mismo, el encuentro con Cristo vivo, como comunidad de hermanos en reciprocidad, tornar a la Iglesia primitiva, buscar a Cristo en el otro; trabajar para la transformación social.

La Comunicación para el Buen Vivir reconoce esta diversidad como un modo de funcionamiento de la vida en el planeta, pero no se conforma con contemplarla. Llevada por su filosofía de la armonía, promueve que los diversos se expresen y se encuentren, que se conozcan, que intercambien historias, narrativas y proyectos, y que se complementen para empeñarse juntos en sociedades del respeto, de la solidaridad y de la vida compartida, entre humanos, en la biodiversidad, entre las sociedades y el planeta, entre el presente y el futuro.

Hoy, en el mundo globalizado, nuestra comunicación no puede estancarse en los contextos locales. Lo local forma parte de los entretejidos que se producen al interior de dinámicas y procesos complejos en el ámbito de lo político, lo económico, lo social o lo cultural. La relevancia y la incidencia como medio de comunicación popular se potenciará por su participación en redes que amplían voces y que, a través de las nuevas avenidas tecnológicas, alcanzan impactos mayores en la opinión pública y en los centros de poder. La formación de Colectivos entre diversos actores aliados puede concentrar puntos de energías que, unidos, serán resistentes para navegar hacia el logro de objetivos ambiciosos que emanan de nuestra utopía del futuro con Vida.

Radio Seybo tiene claro que la radio no puede hacerse desde el micrófono sino junto a la gente desde su realidad. Es preciso salir al encuentro de Dios en la calle, escuchar a Dios en las comunidades, amarlo en cada uno de los pobres, encontrarlo en los gestos fraternos y acciones solidarias. Llevar al Dios vivo a nuestros micrófonos. Tenemos que ser comunicadores produciendo desde, entre y con los demás. Se trata de construir comunidades de interlocución. Las emisoras que nacieron para amplificar la voz de la Iglesia deben transformarse en espacios de diálogo intercultural e inter-religioso y en constructoras de cultura democrática.

Se huele y se palpa si realmente estamos haciendo una radio de verdad, de la verdad y para la verdad cuando somos capaces de sintonizar con nuestros oyentes, con sus gustos, con los valores que buscan, con sus sueños. Cada día en la radio es diferente, los programas son diversos, las personas intentan ser creativas, se respiran deseos de superación. Si se puede decir que es una aventura vivida con pasión desde el espíritu del Evangelio, que llama a ir más lejos de la cabina, del micrófono, de la oficina. Nos mueve llegar a las Comunidades más alejadas para escuchar sus alegrías y penas, para acompañarlas y que sientan a Radio Seybo como algo más que una radio. Queremos seguir siendo semillas de esperanza para sembrarlas en cada uno de los corazones que nos escuchan, y semillas que germinen y den buen fruto en el «Proyecto de Agricultura Virgen de Covadonga», que incentiva la producción local, contribuye a la soberanía alimentaria de la provincia, es una Escuela de Formación, crea fuentes de trabajo y sostiene económicamente a la emisora.

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[1] Director de Radio SEYBO y UDECA. Fragmento de su Tesis Doctoral Presentada en 2016 ante la Pontificia Facultad de Teología San Esteban. Salamanca – España.

[2] DA, n. 362.