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La llegada al poder del empresario Mauricio Macri envalentonó a los terratenientes, las petroleras, a las mineras y también a las fuerzas de seguridad. Los conflictos territoriales se multiplicaron y la criminalización de los pueblos originarios se profundizó. Rafael Nahuel tenía 21 años y había participado de una recuperación territorial que realizó la comunidad Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi, cerca de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Fue asesinado por la espalda por un integrante de la Prefectura Naval, una de las fuerzas de seguridad federales, que intentaba desalojar a los comuneros.