Macri logra reforma jubilatoria pero el descontento social crece.
En Argentina el gobierno del empresario Mauricio Macri logró aprobar la ley de reforma jubilatoria. Fue hoy a las 7 de la mañana luego de 17 horas de debate en la Cámara de Diputados y tras una jornada de movilización popular masiva de todas las centrales obreras y movimientos sociales y una represión de más de 5 horas frente al Congreso Nacional. El descontento social creció tras esa represión y se multiplicaron los cacerolazos Buenos Aires y en todo el país mientras sesionaban los diputados.
Los vecinos de distintas ciudades salieron de madrugada a pedir que los diputados no aprueben la ley pero los legisladores oficialistas y aliados no quisieron escuchar. La reforma aprobada recorta en unos 6 mil millones de dólares de los fondos destinados a aumentar las jubilaciones y pensiones. Tras la aprobación de la norma a costa de represión y del bolsillo de los jubilados, el presidente Mauricio Macri dijo que su prioridad son “la niñez y cuidar a los jubilados”.
La reforma jubilatoria le saca 100 mil millones de pesos, cerca de 6 mil millones de dólares, de los fondos destinados a los aumentos a jubilados, pensionados, y a los hijos de desocupados que reciben la mensualidad conocida como Asignación Universal por Hijo y a las asignaciones familiares que cobran los trabajadores registrados, también por tener hijos a cargo. El diputado opositor y ex ministro de Economía Axel Kicillof la calificó como “un saqueo”.
Los que también expresaron sus críticas son los movimientos populares que se estuvieron movilizando masivamente en los últimos días junto a las centrales obreras para intentar impedir esta ley de ajuste. El coordinador del Movimiento Barrios de Pié Daniel Menéndez aseguró que se trata de “un despojo miserable”.
Tan indefendible parecía ser esta ley que en el final de la sesión de la Cámara de Diputados pasó algo poco común. El jefe de la bancada oficialista Mario Negri prefirió no defender el proyecto al hacer uso de la palabra y pidió que directamente se vote.
Las cacerolas sonando mientras los diputados sesionaban marcan un nuevo condimento, una nueva señal de descontento social, justo cuando el gobierno cumple dos años y se recuerda un nuevo aniversario de la rebelión popular de 2001. A pesar del logro del gobierno al aprobar la ley algo comienza a cambiar en el escenario político argentino. Mauricio Macri tiene dos años más de gobierno pero la paciencia se está empezando a agotar.