Nueva marcha y demanda internacional contra el canal interocéanico en Nicaragua.
El Movimiento Campesino organizado en el Consejo Nacional por la Defensa de la Soberanía, el Lago y la Tierra, denunció que ha agotado las instancias jurídicas nacionales en su lucha por la eliminación de la ley 840, creadora del Proyecto del canal interoceánico.
Francisca Ramírez, coordinadora del movimiento campesino denunció que la Corte Suprema de Justicia no admitió el recurso de amparo, donde le solicitaban que ordenara al poder legislativo admitir una iniciativa de ley para derogar la ley 840.
“La decisión de la Corte es una violación más al derecho de los campesinos”, dijo la líder campesina, quien señaló que como primera medida de protesta realizarán la marcha nacional número 7 el próximo 22 de abril y 87 en total desde que inició la lucha por frenar el megaproyecto.
Los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia argumentaron su resolución señalando que no podían aceptar resolver el caso, cuando en 2013 ya habían fallado en contra de una serie de recursos en donde las personas pedían declarar la ley como inconstitucional.
El vice coordinador del movimiento campesino, Medardo Mairena denunció que la represión de las autoridades continúa, por lo cual solicitan al resto de nicaragüense sumarse a su lucha cívica.
Con esta decisión de la Corte Suprema de Justicia el movimiento campesino ha agotado las instancias nacionales y “no le queda más que la resistencia pacífica y la denuncia internacional”, señaló Mónica López, asesora legal del movimiento campesino.
“Queda evidenciada la represión y las violaciones a los derechos humanos en este caso”, dijo Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
El Estado nicaragüense se ha caracterizado por este tipo de decisiones que dejan en la indefensión a la ciudadanía, sostuvo la activista de derechos humanos.
El CENIDH estará acompañando como en ocasiones anteriores la marcha anunciada por los campesinos el próximo 22 de abril ante las denuncias de represión suscitadas en ocasiones anteriores.
El pasado 30 de noviembre de 2016, el Estado nicaragüense con sus instituciones impidió que los campesinos marcharan en Managua en protesta por el proyecto canalero. En esa ocasión el CENIDH y otras organizaciones de derechos humanos constataron el nivel de represión de la policía y del Ministerio de Transporte que impidieron la movilización campesina.
El proyecto del canal interoceánico fue aprobado por el gobierno nicaragüense desde el 2013 y en 2014 anunciaron que iniciaban las obras adyacentes al mismo. Sin embargo hasta ahora solo hay reportes oficiales de que se continúan realizando los estudios de la obra.
El pasado 22 de marzo día mundial del agua, la empresa china HKND concesionaria del proyecto mediante un comunicado defendió la obra asegurando que utilizaran tecnología que permitirá el uso del lago Cocibolca o gran lago de Nicaragua en su ruta sin contaminar sus aguas.
Para el científico nicaragüense Jaime Incer Barquero, quien además es asesor presidencial para asuntos ambientales, el uso del lago Cocibolca debería ser para otros fines y no para el proyecto canalero porque “necesitamos conservar la potabilidad del agua”.
Así como piensa el científico, también la Academia de Ciencias de Nicaragua y las organizaciones ambientalistas del Grupo Cocibolca, han reiterado su posición en defensa del lago Cocibolca.
La población nicaragüense está dividida alrededor de este proyecto, muchos creen en las promesas de empleo y del crecimiento económico y ven como alternativa de desarrollo la mega obra valorada en más de 55 mil millones de dólares.
El proyecto consiste en la construcción de una canal marítimo que estaría uniendo las aguas del mar Caribe con el océano pacífico con un recorrido de 278 kilómetros, el cual desplazaría a poblaciones campesinas, atravesaría zonas productivas, territorios indígenas y pasaría por el gran lago de Nicaragua, una fuente de agua dulce de 8 mil 264 kilómetros cuadrados, siendo el segundo lago más grande de América Latina.