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Pueblos indígenas del Brasil en su mayoría  viven cerca de basureros, aguas contaminadas, en medio de enfermedades drogas, explotación sexual, trabajo análogo al esclavo y servidumbre doméstica.

Así lo revela comunicado de la Red Eclesial Pan Amazónica Repan Brasil cuyos integrantes se reunieron a finales de enero del 2017, en Mocoretá, a orillas del Río Purús.

Los participantes en el seminario de la Red Eclesial Pan amazónica (REPAM Brasil), reunido los días 27, 28 y 29 de enero de 2017, en Mocoretá, a orillas del río Purús, expresó su preocupación por «las condiciones inhumanas a las que son sometidos los pueblos indígenas y ribereños forzados a vivir en condiciones precarias en las periferias desassistidas de las ciudades, sometidos incluso a la convivencia con basurero a cielo abierto que contamina sus aguas, peces y roçados, propagando enfermedades y desestructurando su convivencia. Un verdadero atentado contra su vida y una violación a los derechos humanos».  Así se manifiesta en una parte de la Carta final del seminario de la red eclesial pan amazónica de la prelatura de Mocoretá.

En el encuentro se presentaron las fuerzas, retos, gritos, iniciativas y logros observados y vividos en la amazonía gorakaraho (casa común – en la lengua paumari) reflejados a la luz de las enseñanzas de la encíclica laudato sí del papa Francisco.

Según se constató, su forma de vida ancestral «ha sido impactada negativamente desde la llegada de los colonizadores» que impusieron otros valores basados en las relaciones de poder y dominación. En el documento final se señala también la serie de conflictos que fomentan persecuciones, amenazas e incluso la muerte de los líderes locales, resultado de la omisión estratégica del estado, de la presión del agronegocio, la expropiación de tierras y del robo y el saqueo de maderas, lo cual sigue acelerado la deforestación de la amazonia.

Denuncian también el ambiente de violencia que expone a los jóvenes a vivir en condiciones de vulnerabilidad social como drogas, explotación sexual, trabajo análogo al esclavo y servidumbre doméstica. Gente que, en nombre del «Progreso» no reconoce nuestros derechos a la tierra, nuestras reservas, territorios, ríos y bosques. Gente que viene de lejos y saqueando nuestros recursos dejando atrás una estela de muerte y destrucción. Gente que no reconoce nuestra historia, identidad y cultura, no respeta nuestras líderes y nuestra forma de organización social y política y nos quiere enseñar sus valores y su modo capitalista de sociedad. Gente que no cree en la sostenibilidad del extrativismo animal y vegetal basado en las relaciones de respeto e interdependencia en nuestra casa común garantizando vida en abundancia a nuestra generación y las generaciones futuras», dice. Así también, en el Seminario de REPAM se expresó la preocupación por «los procesos de migraciones forzadas para las ciudades de amazonía» «marcados por la precariedad de los servicios públicos (salud, educación, seguridad pública, transporte, entre otros), por la violencia, hacinamiento de las cárceles, desempleo, hambre y miseria, fruto del abandono de los gobiernos municipales».

La declaración agrega el compromiso que asumen los participantes en el seminario, «iluminados (as) por las enseñanzas de la laudato sí»,para «tejer nuevas redes en nuestras localidades con nuestras comunidades» y luchar  «para garantizar una educación para la sostenibilidad, diferenciada y de calidad hacia las demandas de nuestra realidad indígena y de las riberas», así también «desarrollar proyectos sociales de educación ambiental, buscando alternativas con posibilidad de generar ingresos, como artesanía con utilización de productos no madereros y reaprovechamiento de madera, entre otros»  http://signisalc.org/noticias/amazonia/31-01-2017/repam-brasil-preocupado-por-condiciones-inhumanas-de-pueblos-indigenas