El caso emblemático es el de “Chevron, antes Texaco, que en Ecuador estuvo contaminando durante décadas la Amazonía y que todavía no ha pagado ni un solo daño de los múltiples que ha ocasionado a pesar de varios procesos en su contra y de varias sentencias”, explicó en Contacto Sur vespertino el investigador Sol Trumbo, del Transnational Institute con sede en Amsterdam e integrante de la Campaña global para desmantelar el poder corporativo y poner fin a la impunidad.
En los últimos días se realizó en Ginebra, Suiza, la segunda reunión Grupo de Trabajo Intergubernamental de Composición Abierta del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que viene avanzando la discusión de un tratado internacional vinculante aplicable a las transnacionales que cometan violaciones a los derechos humanos.
El encuentro se realizó entre el 24 y el 28 de octubre y tuvo una importante participación de organizaciones sociales de todo el mundo que además de hacer aportes en la reunión oficial, realizaron actividades para visibilizar la necesidad de concretar ese tratado.
Sol Trumbo, destacó en Contacto Sur que tras la segunda sesión de este grupo de trabajo “se han dado grandes pasos en establecer cuál será el marco, el alcance y el contenido de este tratado”. Según explicó, la buena noticia es que se ha roto “el concenso existente que proclamaba que la autorregulación y las guías voluntarias eran suficientes para controlar a las empresas transnacionales y se evidencia que no son suficientes”. El activista aseguró que “estamos dando pasos muy importantes para la creación de un instrumento vinculante en relación a las empresas transnacionales y los derechos humanos”.
En la segunda sesión del grupo de trabajo las organizaciones de la sociedad civil nucleadas en la Campaña Global para reclamar la soberanía de los pueblos, desmantelar el poder corporativo y poner fin a la impunidad, hicieron 6 propuestas concretas. Una de ellas es la creación de un tribunal internacional para que haya “instancias en las que las comunidades afectadas puedan reclamar que se están violando sus derechos, porque permitiría que sus derechos sean defendidos”.
A pesar de los pasos adelante, Trumbo señaló que la principal oposición al tratado la realizan las propias empresas transnacionales y países como Estados Unidos, Canadá y Australia que han decidido “no dar legitimidad al proceso ni presentarse en las negociaciones”. Son estados “que tienen una gran cantidad de empresas transnacionales con muchos casos de violanciones de derechos humanos”.
El integrante de la Campaña Global remarcó que “para el futuro la movilización popular y de las comunidades afectadas es fundamental para que este proceso siga adelante” y opinó que “el desafío es seguir creando presión popular para asegurar que haya normas vinculantes para las empresas transnacionales que actuaron en impunidad por demasiado tiempo ya”.
La próxima sesión del grupo de trabajo de la ONU será en 2017.