El Servicio Nacional de Menores (Sename) es una institución con casi 40 años de historia que tiene como objetivos contribuir a la promoción, protección y restitución de derechos de los niños y favorecer la reinserción social de adolescentes acusados de delitos.
Una reciente investigación oficial presentada por la directora nacional del Sename, Solange Huerta, relevó que un total de 865 menores de 18 años fallecieron tanto dentro de centros de atención del organismo como en el sistema ambulatorio vinculado a la institución. Si a esa cifra se suman los mayores de 18 años de los que también se ocupa el Sename, muchos con algún tipo de discapacidad, el número de muertes sube a 1313 personas. Todo entre 2005 y 2016.
El informe conocido esta semana provocó gran conmoción en Chile y obligó al gobierno de Michelle Bachelet anunciar importantes reformas. La presidenta chilena dijo que se trata de “una tragedia y una vergüenza para nuestra sociedad y en particular para el estado de Chile. No hemos estado a la altura de velar por el cuidado y la protección de quienes más lo necesitaban”.
Por eso anunció más “recursos del estado para mejorar los centros de atención directa” y que apuntará a que “niñas y niños del Sename sean prioritarios en las prestaciones de nuestras políticas públicas”. También dijo que habrá “cambios estructurales en la institucionalidad vigente”.
Según explicó, “vamos a generar dos institucionalidades diferenciadas: una para los adolescentes infractores de la ley y otra para la protección de niños y niñas vulnerados en sus derechos”.
Mientras tanto el diputado René Saffirio reclamó que “el Sename tiene que terminar, tiene que dar origen a dos servicios distintos y eso tiene que hacerse ahora”. También aseguró que “tiene que aprobarse la ley de adopción para estimular la desinstitucionalización de los niños, niñas y adolescentes y tiene que aprobarse la ley sobre derechos de niños, niñas y adolescentes”. Según el legislador “con más dinero sólo vamos a enriquecer más a los mismos de siempre”.